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Las humedades y goteras provenientes de terrazas y cubiertas son una de las peores pesadillas para cualquier comunidad de propietarios. A menudo, la solución parece pasar por aplicar una y otra capa de producto impermeabilizante, pero el problema reaparece al cabo de un tiempo. ¿Por qué ocurre esto?
La respuesta es que una impermeabilización eficaz es mucho más que "pintar" o colocar una tela. Es un trabajo técnico que depende de la pericia del profesional y, sobre todo, del correcto entendimiento del problema.
El error más habitual es pensar que el producto lo es todo. Un profesional sin experiencia, incluso usando los mejores materiales del mercado, obtendrá un mal resultado. El éxito de una impermeabilización no se basa solo en la barrera contra el agua, sino en dos conceptos fundamentales que a menudo se ignoran:
Creación de pendientes: El agua debe poder evacuarse de forma natural hacia los sumideros. Si no se crean pendientes adecuadas, el agua se estanca.
Protección de la impermeabilización: La capa impermeable es sensible al sol y a las agresiones externas. Siempre debe protegerse.
Aplicar un producto sobre la superficie existente sin crear pendientes es una garantía de fracaso a medio plazo. Aunque una prueba de estanqueidad inicial sea satisfactoria, la llegada del invierno, las lluvias y el agua estancada provocarán filtraciones en las juntas y condensaciones.
Cada terraza requiere una solución adaptada a su uso y características:
Terrazas transitables: Soportan el paso de personas e incluso vehículos. La exigencia es máxima, requiriendo materiales de alta resistencia y una ejecución impecable para soportar el desgaste.
Terrazas no Transitables: Al no tener que soportar peso ni rozamiento, el abanico de soluciones es más amplio (telas asfálticas, membranas de PVC, etc.).
Cubiertas ajardinadas: Su tratamiento es complejo y similar al de una piscina. El agua está en contacto permanente con la superficie, por lo que requieren un alto grado de especialización.
Juntas de dilatación: Son el punto débil de muchas terrazas. Sellar correctamente una junta de dilatación para que absorba los movimientos del edificio y a la vez sea 100% estanca es un desafío que solo los mejores profesionales saben resolver.
Cuando las pendientes fallan, el agua se estanca. Este "encharcamiento" es el origen de la mayoría de los problemas:
Fallo de las juntas: Aunque una tela asfáltica puede durar más de 25 años, si el agua se acumula sobre ella de forma permanente, las uniones y costuras terminan cediendo y aparecen las filtraciones.
Aparición de eflorescencias (manchas de sal): Este es un problema muy común y antiestético. Ocurre de la siguiente manera:
El agua estancada se filtra en la capa de mortero que hay bajo el pavimento.
Este agua disuelve las sales minerales presentes de forma natural en el cemento (principalmente carbonatos cálcicos).
Por capilaridad, esta agua salada sube a la superficie (muros, fachadas, sumideros) y se evapora, dejando como residuo esos depósitos de sal blancos tan característicos.
Estas manchas no son solo un problema estético, sino la prueba visible de que el sistema de drenaje de la terraza no funciona y la impermeabilización está comprometida.
Impermeabilizar correctamente no es rápido ni barato, pero es la única solución definitiva. Un trabajo profesional debe incluir siempre:
Preparación del soporte: Levantando el suelo antiguo y saneando la base.
Creación de pendientes: Usando morteros para dirigir el agua hacia los desagües.
Aplicación del sistema de impermeabilización: Elegido según el tipo de terraza.
Colocación de una capa protectora o de drenaje: Como geotextiles o cámaras de aire.
Instalación del pavimento final: Asegurando que los sumideros y juntas queden perfectamente rematados.
Más del 90% de las terrazas presentan deficiencias en su impermeabilización por no seguir estos pasos. Invertir en un diagnóstico correcto y en profesionales con experiencia demostrada es la única forma de garantizar una comunidad libre de humedades.
Como hemos visto, encontrar una solución duradera a estos problemas requiere un conocimiento técnico profundo. En Debrán Administraciones, entendemos la complejidad de estas intervenciones. Por ello, ponemos a disposición de nuestras comunidades un equipo de expertos colaboradores (arquitectos, aparejadores y profesionales especializados) que nos permite estudiar cada caso de forma individual. Nuestro compromiso es ayudar a la comunidad a encontrar siempre la solución técnica, económica y más adecuada para garantizar un resultado definitivo y proteger el valor de su inmueble.
No espere a que una pequeña gotera se convierta en un problema grave y costoso. Si su comunidad se enfrenta a este tipo de incidencias, contacte con Debrán Administraciones. Nos encargaremos de analizar su caso para ofrecerle una solución que será siempre profesional, duradera y económicamente ajustada, velando en todo momento por el interés y la tranquilidad de su comunidad.
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