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Una cornisa que se desprende, una caída por un suelo resbaladizo, la interminable gotera del vecino de arriba... Son situaciones que, lamentablemente, ocurren. Y cuando pasan, surge la misma pregunta angustiosa: Y ahora, ¿quién es el responsable? ¿Quién paga los daños?
La responsabilidad civil en una comunidad de propietarios es un asunto complejo, pero fundamental para proteger tanto el patrimonio común como el privativo. En Debrán Administradores, queremos que conozcas las claves para actuar correctamente y prevenir riesgos.
El punto de partida es el artículo 10 de la Ley de Propiedad Horizontal (LPH). La comunidad tiene la obligación legal de conservar el edificio en condiciones de seguridad y habitabilidad. Esto no es opcional, es un deber.
El Tribunal Supremo lo ha confirmado en innumerables ocasiones: si un daño se produce por falta de mantenimiento de un elemento común, la comunidad es responsable.
Ejemplo real: Una comunidad fue condenada por el desprendimiento de una cornisa que causó un accidente fatal, a pesar de haber contratado obras de restauración previas. El juez entendió que no se actuó con la diligencia debida para garantizar la seguridad.
Humedades por terrazas y cubiertas: Incluso en terrazas de uso privativo, si la filtración proviene de un fallo en la estructura o en la impermeabilización general (la tela asfáltica), la responsabilidad es de la comunidad, ya que estos se consideran elementos comunes.
Caídas por falta de mantenimiento: Si una persona se cae y se lesiona debido a baldosas rotas en el portal, una rampa en mal estado o la falta de un suelo antideslizante en una zona propensa a mojarse, la comunidad será responsable por no haber garantizado la seguridad de los accesos.
Averías en ascensores: Aquí la responsabilidad suele ser compartida (solidaria) entre la comunidad y la empresa de mantenimiento. Si la empresa no informó de una avería grave o no recomendó parar el ascensor por un riesgo evidente, será corresponsable de los daños que se produzcan. La comunidad, por su parte, es responsable de contratar un servicio adecuado y aprobar las reparaciones necesarias.
La responsabilidad no siempre es de la comunidad. El propietario de una vivienda o local responderá por los daños que se originen en su propiedad privada.
Filtraciones de agua desde la vivienda: Si la gotera del vecino de abajo la provoca la rotura de una de tus tuberías privativas o el mal estado de la fontanería de tu baño, tú eres el responsable de reparar tu instalación y de pagar los daños ocasionados.
Incendios por instalaciones privativas: Si un incendio se origina por un cortocircuito en tu cuadro eléctrico o por un electrodoméstico defectuoso, deberás asumir los daños causados tanto a otras viviendas como a los elementos comunes del edificio.
Más allá de saber quién es el responsable, la clave para la tranquilidad es la prevención. Es absolutamente imprescindible que la comunidad de propietarios cuente con un seguro de responsabilidad civil con una cobertura amplia y actualizada.
Este seguro es el que responderá económicamente ante las reclamaciones de terceros por daños ocurridos en los elementos comunes, protegiendo así el patrimonio de todos los propietarios y evitando derramas inesperadas para hacer frente a indemnizaciones.
Gestionar correctamente la responsabilidad civil implica un mantenimiento preventivo riguroso, una rápida actuación ante las incidencias y la contratación de los seguros adecuados.
Nuestro trabajo como administradores de fincas es garantizar que tu comunidad cumpla con todos sus deberes de conservación para minimizar los riesgos. Si ocurre un incidente, nos encargamos de gestionar el siniestro con la aseguradora para defender los intereses de la comunidad.
Contacta con nosotros y descubre cómo una gestión profesional puede proteger tu comunidad y tu patrimonio.
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